María Jesús Álava Reyes tiene una trayectoria que la acredita sobradamente: Licenciada en Psicología por la Complutense; Máster en Psicología Pedagógica y en Dirección de Recursos Humanos; Especialista en Psicodiagnóstico, Coaching Ejecutivo y Psicoterapia.
Profesora colaboradora de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), entre otras entidades educativas y universitarias; presidenta de Apertia-Consulting; TOP 100 Mujeres Líderes en España en 2012.
Y además, dirige el Centro de Psicología Álava Reyes, donde trabajan más de 40 profesionales en psicología y medicina; preside la Fundación que lleva su nombre y cuyo objetivo es fomentar el estudio, la investigación, la formación y la difusión de la psicología, así como facilitar asistencia a las personas con recursos económicos limitados.
Colaboradora habitual de medios de comunicación, ha publicado numerosos libros, entre ellos “La inutilidad del sufrimiento” y “Las 3 claves de la felicidad”.
Y en EFEsalud nos preguntamos, ¿está capacitada para explicar para qué sirve la psicología? La respuesta es tan evidente como científica: Sí.
Este es el análisis que ha escrito para nuestra web.
¿Para qué sirve la psicología?
Por María Jesús Álava Reyes
Hoy los psicólogos hemos pasado de ser casi un tabú durante décadas, a desarrollar un gran protagonismo en la sociedad; de tal forma que el conocimiento de la psicología ya no es un lujo, se ha convertido en una necesidad.
Nuestro ámbito cada vez es más extenso, hasta el punto de que no hay área o disciplina humana que no requiera la presencia de los profesionales de la psicología.
Empezamos por el mundo de la educación, de la clínica, del trabajo…, y en la actualidad estamos en todas las instituciones y en todas las esferas de la vida cotidiana.
Los libros de psicología hasta hace poco eran leídos por un público muy minoritario, pero ahora se han convertido en auténticos best seller, que llegan a millones de personas.
Los psicólogos cada vez somos requeridos en más medios. Se nos llama para explicar las razones que pueden ayudarnos a entender, tanto las conductas “normales” de muchas personas, como aquellas que parecen tener difícil explicación, desde la perspectiva racional.
Psicología para superar dificultades
Las personas que venían hace unas décadas a las consultas de psicología, en muchos casos padecían trastornos importantes. Por el contrario, en el momento actual, este panorama ha experimentado un profundo cambio. Cada vez con mayor frecuencia, las personas que vienen a vernos son personas “normales”, que requieren nuestra ayuda para superar las dificultades que se les presentan en su vida cotidiana.
La mayoría de la gente ya no oculta sus visitas al psicólogo, como ocurría hace tan solo unos años; incluso, en determinados ámbitos ha llegado a ser un valor añadido, pues se da por aceptado que la psicología nos ayuda en nuestro crecimiento y desarrollo, tanto a nivel personal como profesional.
Los psicólogos nos hemos convertido en “entrenadores”, que ayudamos a las personas a potenciar al máximo sus cualidades, habilidades y competencias, a la par que mitigamos sus déficits y defectos.
En mis libros –La Inutilidad del Sufrimiento, Emociones que hieren, Trabajar sin sufrir, Amar sin Sufrir, Recuperar la ilusión, Las 3 claves del a felicidad, El No también ayuda a crecer…-, insisto en que gracias a la psicología podemos aprender a conocernos mejor y llegar a comprender la razón por la que, tanto nosotros como otras personas, nos comportamos de una determinada forma.
La psicología puede ayudarnos a entendernos y entender a los que nos rodean; a encontrar explicaciones a conductas dispares, a conseguir que actuemos desde la lógica y el razonamiento, desde la no exigencia de imposibles, desde la comprensión y la flexibilidad que da el conocimiento mutuo.
35 años de trabajo y experiencia para conocer a las personas
Desde hace 35 años no he parado de trabajar un solo día en lo que para mí es la profesión más apasionante: El Conocimiento de las Personas, lo que determina nuestras emociones, las causas de nuestras conductas, el porqué de nuestros sentimientos, las razones que nos mueven, los impulsos que nos desbordan, los obstáculos que nos resultan infranqueables, los desencadenantes de nuestras inseguridades, los orígenes de nuestros miedos, los factores que nos ayudan o bloquean en nuestra búsqueda de la felicidad, …; en definitiva, lo que hace que nos sintamos bien o mal, alegres o tristes, satisfechos o insatisfechos, seguros o inseguros, felices o desgraciados.
Es increíble lo que la psicología nos puede proporcionar. Los psicólogos gozamos de un privilegio impagable: el conocimiento de los secretos más profundos que guardan las personas.
¿Alguna vez hemos pensado, qué es lo que mueve a miles, a millones de personas, a abrirnos sus corazones a los psicólogos de par en par, como nunca lo habían hecho antes con nadie?.
La contestación no es fácil, pero, la mayoría de las personas con las que trabajamos, nos piden que les ayudemos a ser felices, a sacar lo mejor de si mismos, a liberarse de tanta presión, tanta ansiedad, tanta inseguridad, tanta insatisfacción… Nos piden que les demos los recursos, que les enseñemos las claves que les permitan ser dueños de sus propias vidas, de sus emociones y de sus sentimientos.
La práctica de la psicología nos muestra que cada persona es única e irrepetible, por lo que no hay reglas universales ni terapias milagrosas pero, afortunadamente, sí que existen unos principios básicos que pueden ayudarnos en esa difícil, delicada, maravillosa y compleja tarea que es aprender a vivir.
En las últimas décadas han aumentado de forma muy significativa enfermedades como el cáncer, los trastornos cardiovasculares y la depresión. La mayoría de los científicos concluyen que este incremento se debe, en gran medida, a los cambios que se han producido en los hábitos de vida de las sociedades occidentales.
Así es nuestra vida
Hoy tenemos una vida más sedentaria, nos movemos menos físicamente, pero padecemos más presión y tensión emocional. Hoy nuestra alimentación es más insana, pero ingerimos mayores cantidades y las comemos con más rapidez. Hoy dormimos con mejores condiciones ambientales (temperatura, colchones ergonómicos…), pero dormimos poco y nuestro descanso es menos reparador…
Las inversiones para tratar estas y otras enfermedades han aumentado de forma vertiginosa. La industria farmacéutica ha desarrollado una gama potentísima de medicamentos para combatir la mayoría de los trastornos que presentamos. Igualmente, la inversión en el desarrollo tecnológico y científico ha sido imparable.
El gran reto es la intervención en el origen, en la causa y la raíz de ese aumento de las llamadas enfermedades del siglo XX y del siglo XXI.
Una parte importante de los esfuerzos que se están realizando desde la Psicología, se han centrado en el análisis de los cambios que se han producido en los hábitos de vida. Gracias a estos estudios se están haciendo Programas, no solo de Tratamiento, también de Prevención, con el objetivo de que la gente recupere hábitos saludables, que les permitan evitar la aparición y el desarrollo de esas grandes enfermedades.
Igualmente, estamos haciendo numerosos estudios experimentales controlados, que garanticen que las intervenciones siguen el método científico, que nos permita afrontar con garantías de éxito la problemática que vive hoy el ser humano.
Necesitamos más psicólogos
Pero el esfuerzo que realizamos desde la psicología, no está siendo comparable al esfuerzo que realizan las administraciones y las empresas en la asignación de recursos a la psicología. En los hospitales, en los centros de salud, en los juzgados, en las organizaciones…, el número de psicólogos resulta claramente insuficiente para atender las necesidades que tiene la población.
Todos somos conscientes del auge de nuestra profesión, de la importancia de nuestra misión, de la labor permanente que debemos seguir desarrollando; por ello no entendemos que, en pleno siglo XXI, los planes de estudio de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, sigan sin contemplar una de las ciencias que más pueden ayudarles en su desarrollo personal y profesional.
Hoy nadie discute ya que la psicología es una ciencia, y es una ciencia que nos ayuda tanto a profundizar en nuestro autocontrol y en nuestro conocimiento personal, como en el conocimiento de los demás.
En nuestro Centro hemos intentando conjugar lo mejor de la investigación y la docencia permanente, con el trabajo directo con las personas, entidades, organizaciones… A todos nos mueve el mismo interés: difundir los conocimientos, nuestra experiencia permanente, para ayudar a las personas a conseguir una vida más saludable, un equilibrio que les haga sentirse dueños de si mismos y autores y guionistas de sus vidas.